04 mayo 2006

El cancer de piel

¿Qué es?

El cáncer de piel es una enfermedad producida por el desarrollo de células cancerosas en las capas exteriores de la piel.

Existen dos tipos: el tipo no melanoma y el melanoma.

El cáncer de tipo no melanoma es el más frecuente y se denomina no melanoma porque se forma a partir de otras células de la piel que no son los melanocitos. Dentro de este tipo se encuentran todos los cánceres de piel menos el melanoma maligno que es menos frecuente y más maligno y que se explica más adelante.

El cáncer de piel se da más en las personas de piel blanca y que han pasado mucho tiempo expuestas a los rayos solares. Aunque puede aparecer en cualquier parte de la piel, es más frecuente que se presente en la cara, cuello, manos y brazos.

Este cáncer es el más frecuente de todos los tipos de cáncer, representando casi la mitad de los casos. Aunque el índice de supervivencia es alto.

En España el cáncer tipo no melanoma, en 1995, representó el 0,6% de todas las defunciones por cáncer para ese año y una tasa de mortalidad de 1,3 por 100.000 habitantes. Esta cifra es parecida para el tipo melanoma, habiendo supuesto para ese año, el 0, 7% de las defunciones y una tasa de mortalidad de 1,6 por 100.000 habitantes.

En los últimos años, la incidencia del melanoma maligno ha aumentado espectacularmente, se ha multiplicado por 3,3 en varones y por 2,5 en mujeres, en los últimos veinte años en España. A pesar de esto, representa menos del 3% de todos los tumores. No se ha esclarecido aún la causa de su aumento. Se puede reconocer por un cambio en el aspecto de la piel, como una herida que no sana o una pequeña protuberancia. También puede aparecer una mancha roja, áspera o escamosa.

Ante cualquier cambio o anormalidad de la piel, hay que acudir al médico. Éste puede extraer una muestra y analizarla (biopsia) para comprobar si es un tumor maligno o no.

Factores de Riesgo:

La causa que provoca este tipo de cáncer no es del todo conocida. Sí que se han estudiado determinados factores que influyen en su aparición.

Factores ambientales
La exposición excesiva al sol influye en la producción de estos cánceres. Personas que trabajan en el exterior, como agricultores y marineros, presentan una mayor incidencia. Se suelen producir en la piel expuesta, frecuentemente en cabeza y cuello.

Aunque la luz solar ayuda a sintetizar las vitaminas A y D, la exposición excesiva, produzca o no quemaduras, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel, incluyendo el melanoma maligno.

Existe una correlación entre el riesgo de melanoma y la latitud. También influye el período de tiempo durante el que ha vivido una persona en países de latitudes ecuatorianas, lo que significa una exposición excesiva al sol mantenida durante un período de la vida.

No sólo influye la exposición prolongada sino que una exposición intensa al sol, puntual, durante unas vacaciones por ejemplo, constituye un factor de riesgo de melanoma.

Los melanomas difieren de los tumores malignos de la piel de tipo no melanoma con respecto al sexo, edad y localización corporal. La mayor parte de los melanomas malignos cutáneos no ocurren en zonas que reciben la dosis ultravioleta acumulada mayor.

Aunque no se conoce exactamente cuál es el esquema más peligroso de exposición al sol, algunos estudios apoyan la hipótesis de que la exposición intensa e intermitente a la radiación ultravioleta de la piel que se encuentra normalmente protegida es la responsable de la formación del melanoma.

La edad también parece influir y las quemaduras producidas por el sol antes de los 15 años aumentan el riesgo de melanoma al doble.

Características físicas
Las personas de raza blanca de origen escocés, inglés o irlandés con el pelo rubio o rojizo, los ojos claros y abundantes pecas son especialmente susceptibles.

El melanoma es muy raro en la población negra u oriental siendo predominante, cuando se da, en zonas poco pigmentadas como las palmas y plantas y su pronóstico es peor.

La sensibilidad de la piel al sol y la dificultad para broncearse, aumenta el riesgo de melanoma.

La reacción cutánea a la luz solar se relaciona con factores como la pigmentación de la piel, el número de pecas en la infancia o edad adulta y el número de nevus (formaciones parecidas a lunares y que son tumores melanocíticos benignos), constituyendo todos ellos factores de riesgo para el melanoma maligno cutáneo.

La mayor incidencia de nevus en individuos de raza blanca conduce a la idea de que la radiación ultravioleta desarrolla un papel importante en el desarrollo de nevus. Se ha comprobado la existencia de mayor número de nevus en zonas de la piel expuestas al sol que en zonas protegidas, asociándose su aumento con una mayor propensión a quemarse que a broncearse, el número de quemaduras solares, la tendencia a las pecas y el estilo de vida relacionado con una mayor exposición solar. Una persona con piel sensible al sol, más de 150 nevus melanocíticos y algún nevus displásico, podría presentar 50 veces más riesgo de melanoma que otra persona sin estas características.

Factores genéticos

·         El síndrome del epitelioma basocelular nevoide es un trastorno autosómico dominante en el que los pacientes desarrollan un gran número de epiteliomas basocelulares desde la segunda década de la vida y que, finalmente, afectan a cualquier zona de la piel.

·         El xeroderma pigmentosum es un trastorno autosómico recesivo que se produce por una alteración en la reparación del ADN, se asocia también con la aparición de carcinomas cutáneos múltiples.

·         En el melanoma maligno cutáneo se ha descrito una predisposición familiar. El riesgo estimado de presentarlo es del 70% en pacientes con melanosis neurocutánea y distintos tipos de xeroderma pigmentosum, del 1% en hijos de pacientes con melanoma solitario no familiar y del 6% en familias con síndrome del nevus displásico e historia de dos o más melanomas malignos.

Inmunosupresión
Aquellas personas que han sido tratadas con medicinas que les deprimen su sistema inmunológico, tienen mayor predisposición a desarrollar un melanoma.

Sobreexposición a lámparas y cabinas bronceadoras
Las lámparas y cabinas bronceadoras son una fuente de radiación ultravioleta. Una exposición excesiva aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel.

Edad
Aproximadamente la mitad del número de casos de melanomas se presenta en personas mayores de 50 años.

Otros factores
La exposición a carcinógenos, los traumatismos o cicatrices, las lesiones por radiación crónica y las infecciones virales, son algunos de los factores predisponentes al cáncer de piel.

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