31 mayo 2010

Nueva convocatoria de cursos de la Universidad de padres UP on-line

Abierta la matriculación curso 2010/2011

Se ha abierto una nueva convocatoria de cursos de la Universidad de padres UP on-line. Todas las personas interesadas en participar en nuestro proyecto educativo tienen que tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Matriculación 2010-2011 1Pueden matricularse familias con hijos nacidos entre 1 de enero del 1995 a 31 de diciembre del 2010.  Por lo tanto existirán 16 etapas con sus aulas correspondientes. Para aquellas personas que aún no están matriculadas en la UP es necesario explicarles que los padres se matriculan en aulas atendiendo a la edad de sus hijos. 
 2No hay límite en el número de matriculaciones por cada familia. Cada curso, es decir cada aula en el que se matriculen, tendrá un coste de 100 euros por curso
 3Los cursos duran 10 meses, divididos en cuatro módulos bimestrales. Los alumnos tendrán acceso a contenidos teóricos, actividades voluntarias, además de foros, debates, bibliografía, etc.
 4El periodo de matriculación para el curso 2010/2011 begin_of_the_skype_highlighting              2010/2011      end_of_the_skype_highlighting es desde el 17 de mayo hasta el 18 de junio del 2010 (ambos inclusive) 
 5Para tener más información sobre la matriculación pinche aquí
Recomendamos que antes de iniciar la inscripción se lean atentamente el documento de ayuda  de la matricula.
Para poder realizar la solicitud de matriculación debe seguir los siguientes pasos:
  • Si no es un usuario registrado, debe hacer el registro pinchando en el enlace ¡Regístrese! que encontrará en el menú de navegación. Una vez que haya activado su cuenta, continúe en el siguiente paso. 
  • Si usted ya es un usuario registrado, debe introducir el nombre de usuario y la contraseña en los campos correspondientes que encontrará a la derecha del menú de navegación.
  • Una vez que haya accedido con sus claves, en el menú de navegación superior aparecerá un enlace a la sección de matriculación, desde el que podrá acceder al formulario de solicitud.
Fuente: universidadepadres.es

13 mayo 2010

El Gobierno cifra en 670 millones el ahorro en dependencia y en 300 el de gasto farmacéutico

El Gobierno calcula que el recorte que ha anunciado este miércoles el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el Pleno del Congreso de los Diputados en materia de dependencia supondrá un ahorro de 670 millones de euros para las cuentas públicas, mientras que la rebaja del gasto farmacéutico conllevará un ahorro de 300 millones de euros, según han informado fuentes del Ejecutivo socialista. 

Durante su intervención en el Pleno del Congreso, Zapatero ha afirmado que se eliminará la retroactividad en la aplicación de la Ley de Dependencia, es decir, no se pagarán los meses que han transcurrido desde que el dependiente presentó la solicitud hasta que le fue concedida.  

   A cambio, el Gobierno central se compromete a adjudicar la prestación a aquellos dependientes que la soliciten "en un plazo máximo de seis meses". El Ejecutivo defiende que esta medida no sólo permitirá un "importante ahorro" sino que además "incentivará la solicitud de servicios", lo que, a su vez, generará empleo.
   Durante su turno de réplica, el presidente ha explicado que la medida busca que los recursos del Estado y de las comunidades autónomas se dediquen "preferentemente a la asistencia, a la contratación de cuidadores, y, por tanto, al empleo". 

ADMITE "LIMITACIÓN" DE DERECHOS

   "Es cierto que ahora limitamos algunos derechos en relación con la dependencia, pero permítanme recordar que este Gobierno es el que ha puesto en marcha el derecho social a la dependencia" a través de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia.
   Zapatero ha admitido que ahora se propone "una limitación" a la norma, pero asegura que es "imprescindible para el ahorro". En cualquier caso, ha destacado que "ningún Gobierno había hecho ningún esfuerzo en favor de la dependencia".

En este misma línea, el Gobierno sostiene que cuando entre en vigor esta medida se atenderán a más personas en situación de dependencia, porque una parte importante de los recursos que ahora están destinándose al pago de la retroactividad se dedicarán al pago de estos servicios. Los derechos de retroactividad que ya se hayan generando podrán pagarse en un plazo máximo de cinco años.

Por otro lado, el presidente anunció planes para reducir el gasto farmacéutico logrando un consumo de medicamentos más eficiente y vinculado a las necesidades reales de los pacientes. Así, se adecuará el número de unidades de los envases de los medicamentos a la duración de los tratamientos, pudiendo dispensarse los medicamentos en unidosis, de acuerdo a las indicadores de la comunidad científica.

De este modo, sostiene el Gobierno de Zapatero, el paciente podrá comprar así la cantidad exacta de unidades que necesite el paciente para cumplir con el tratamiento indicado por su médico. Las medidas en este ámbito supondrán un ahorro de 300 millones.

04 mayo 2010

Los pleitos por la ley de dependencia, en la jurisdicción social

El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) aconseja plantear ante la jurisdicción social los pleitos por la Ley de Autonomía Personal y Dependencia, a partir de la consideración de Torcuato Recover, miembro de la Red de Defensa Legal de la Discapacidad del Cermi, en relación a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Cataluña.

La reciente sentencia supone el reconocimiento del derecho del demandante a que su Programa de Atención Individual (P.I.A.) consista en una prestación de cuidador no profesional, con efectos económicos desde la fecha en que se implantó la Ley de Autonomía Personal y Dependencia (1 de enero de 2007), y no desde la fecha en que el actor interpuso la demanda.

Asimismo, se falla el abono de la prestación correspondiente al periodo comprendido entre la fecha en que se implantó la Ley de Autonomía Personal y Dependencia y la que el demandante solicitó al Institut  Catalá d’Assitència i Serveis Socials el reconocimiento de la situación de dependencia y el derecho a los servicios y prestaciones correspondientes.

En este sentido, la sentencia constituye un refrendo de la posición que el movimiento asociativo ha sostenido con respecto a la Ley de Autonomía Personal y Dependencia.

“Ratifica la procedencia del criterio propuesto en su día por el Cermi de que se solicitase el reconocimiento  y las prestaciones desde la entrada en vigor de la Ley, sin que, como reconoce aquella resolución, la efectividad de los derechos que la misma confirma quedase subordinada a la existencia de impresos, ni a la regulación específica de su tramitación”.

Otra de las razones que presenta la plataforma para demostrar que esta sentencia revalida su postura es que ésta ha sido dictada en la Sala de lo Social del TSJ de Cataluña, “lo que evidencia que la posición mantenida por el Cermi, respecto de la que la jurisdicción social debe ser la que conozca las acciones que se ejerciten en relación con los derechos a la aplicación de la Ley, no sólo es correcta, si no que es la más atinada”.

Según lña institución, “es interesante comprobar que ni aún la propia Generalitat cuestiona en ningún momento del proceso, la competencia de la Jurisdicción Social para conocer de la pretensión en la que se solicitaban acciones básicas derivadas de la aplicación de la Ley: el reconocimiento de la situación de dependencia y la determinación de la prestación procedente”.

Por ello, asegura que “lo que hace esta sentencia es  mostrar lo adecuado de nuestro planteamiento y, por otro lado, nos permite esbozar una posible estrategia para conseguir nuestro objetivo: podríamos aconsejar que todas las demandas o reclamaciones que se generen en la aplicación de la Ley, se presenten ante la jurisdicción social, obligando así a que los Juzgados de tal ámbito se pronuncien sobre su competencia”.

03 mayo 2010

Gasto social o inversión social

La expresión gasto social sugiere que todo recurso que se destina a ello debe considerarse a fondo perdido. No se justifica en rentabilidades de carácter económico o productivo, sino en valores de solidaridad o la necesidad de cohesión social. Estas consideraciones adquieren más relevancia cuando se trata de atender a las personas más necesitadas, por sus dificultades de autonomía personal, de convivencia familiar o de integración social.

No sólo falta dinero para la dependencia, falta control

Aunque en situaciones de crisis tan acusada como la actual, la solidaridad con los más necesitados o la apuesta por la cohesión social tienen un límite, pues como todo el mundo sabe, la capacidad de gasto de una sociedad tiene que estar acorde con su capacidad para generar riqueza. Es, ni más ni menos, la cuestión de la sostenibilidad del gasto social. Por eso, a la hora de asignar recursos a gasto social, hay que ser cautos para no superar el límite que lo haga insostenible.

Otra cosa es si se trata de inversiones. De una inversión se espera rentabilidad en forma de empleo, riqueza, desarrollo tecnológico y bienestar. En época de crisis nadie cuestiona la necesidad de destinar el máximo de recursos a inversiones productivas.

Pues bien, en época de crisis también es necesario revisar paradigmas que se fraguaron en el modelo económico y social afectado. Uno de ellos es el concepto de gasto social, que debe ser sustituido por el de inversión social. Porque sólo así podrán aflorar nuevas oportunidades de desarrollo, tan necesarias para superar la crisis con un nuevo modelo productivo.

Los servicios sociales constituyen actualmente una gran oportunidad inversora. Más aún, con la implantación del Sistema para la Atención a la Dependencia. Son soporte imprescindible para el desarrollo económico, proporcionando protección social adecuada a las nuevas formas de vida y convivencia personal y familiar, y para prevenir la marginación y favorecer la cohesión social, sin la cual no puede existir un desarrollo sostenible.

Las nuevas formas de producción han hecho saltar por los aires los antiguos modelos de vida familiar, trasladando a la responsabilidad pública responsabilidades y cuidados que antes se satisfacían en la familia. Servicios para el cuidado de los menores, de las personas mayores y en situación de dependencia, resultan imprescindibles actualmente para que la sociedad desarrolle todo su potencial productivo, especialmente para la incorporación plena de las mujeres, superando su tradicional vinculación a los cuidados de esas personas en el ámbito familiar.

Pero la capacidad de los servicios sociales para incidir en el desarrollo económico también puede medirse en términos de sector productivo, con incidencia directa en la generación de empleo y riqueza.
Podríamos recordar el efecto que desde los años 80 tiene sobre el sector turístico los viajes de la Tercera Edad que, junto a la eclosión de actividades para personas mayores, ha hecho aflorar un importantísimo sector de consumo cada vez más potente.

Pero si un elemento es hoy relevante en este sentido, es la implantación de los servicios del catálogo de la Ley de Dependencia: La memoria económica de esta Ley consideraba que supondría un punto del PIB una vez que se encontrara plenamente desarrollada. Y valoraba su incidencia directa sobre el empleo en unos 300.000 puestos de trabajo.

Bien es cierto que, hasta el momento, la sobredimensión de las prestaciones económicas sobre los servicios (en una proporción aproximada de 6 a 4), hace difícil alcanzar ese objetivo. Pero el potencial sigue intacto, esperando que las cosas en este sentido puedan cambiar.

La capacidad de generar empleo y riqueza vinculada a la autonomía personal y la protección de la dependencia, no sólo está en la atención a estas personas, sino en la innovación y desarrollo tecnológico: la domótica, la robótica, las nuevas tecnologías de la comunicación... ofrecen en este nuevo escenario de protección una oportunidad importante de desarrollo de I+D+I.

La implantación de servicios sociales para la protección a la dependencia es también oportunidad de racionalizar el gasto sanitario, con alternativas de menor coste y socialmente más eficaces. Los cuidados paliativos o la rehabilitación cuestan más del doble en un hospital que en un centro residencial, en condiciones más favorables para la persona y sus familiares, y sin merma de los cuidados sanitarios.

Otra forma de ahorro en el gasto sanitario, sería gestionar el consumo de fármacos en las residencias para mayores, desde la provisión directa por parte del servicio de farmacia de hospitales públicos de referencia.
Y no es en absoluto retórico afirmar que promover la actividad y la convivencia en las personas mayores, contribuye a reducir su consumo de servicios y productos sanitarios, con el consiguiente ahorro para el sistema. De la misma manera, servicios que promueven sus cuidados, la prevención del deterioro de sus capacidades, la higiene, la correcta alimentación..., contribuyen a mejorar su salud y a reducir, en consecuencia, el gasto sanitario. Invertir en servicios sociales puede resultar rentable en términos de reducción del gasto sanitario.

Como todo sector productivo, los servicios sociales necesitan gestionar sus estructuras con racionalidad y adaptarse a las nuevas condiciones. Se impone una profunda reconversión, uno de cuyos principales retos es conjugar la responsabilidad pública, como garante del nuevo escenario de derechos subjetivos, con la necesaria inversión privada para crear y gestionar dispositivos que los hagan posible.

Facilitaría mucho las cosas la existencia de un marco normativo estatal, ante la fragmentación que se deriva de las competencias autonómicas en la materia. Y un papel más activo del Ministerio de Sanidad y Política Social para liderar acuerdos con las comunidades para el desarrollo de la Ley de Dependencia y de los servicios sociales de los ayuntamientos, cuyas dificultades económicas los hacen inviables sin el apoyo de sus Comunidades y del Ministerio. Sin embargo, el Plan Concertado, instrumento para esta cooperación, que nació en los años 80, languidece tanto por la congelación de la financiación estatal como por la falta de liderazgo técnico capaz de lograr algo tan elemental como un sistema de información homogéneo.
No va a ser fácil esta reconversión de los servicios sociales. Pero es imprescindible. De ello depende su supervivencia y el desarrollo de todo su potencial. Es tiempo de crisis. Tiempo de oportunidades.

Fuente: GUSTAVO GARCÍA HERRERO es experto en gerencia de servicios sociales y director de la residencia geriátrica municipal de Zaragoza.