25 mayo 2007

Formar en el cuidado

El Gobierno español ha abierto la puerta para que miles de inmigrantes se formen en sus países en el cuidado de las personas mayores y dependientes.

Una medida pionera que ayudará a la mejora de la calidad de vida de dos grupos que sufren marginación: inmigrantes "sin papeles" y personas dependientes.

La idea es que empresas y organizaciones puedan dar la formación adecuada a personas en su país de origen con el objetivo de que los inmigrantes puedan ser contratados en España como auxiliares de geriatría, asistentes a domicilio o para hacer compañía a estas personas.

La Ley de Dependencia, recientemente aprobada en España, reconoce el derecho de todas aquellas personas mayores o enfermas a recibir un cuidado apropiado. Este año 2007, más de 200.000 enfermos se verán beneficiados por esta ley y durante los dos próximos años lo harán cerca de 400.000 más. La Ley, sin embargo, no se desarrollará plenamente hasta el año 2015 cuando más de un millón de personas dependientes reciban asistencia. Para ello, se necesitarán personas con formación específica. La atención y asistencia a mayores y dependientes se convierte así en un nuevo filón de empleo que crecerá en los próximos años.

Hoy, en los parques y las calles de las ciudades españolas ya podemos ver a nuestros mayores acompañados por personas extranjeras que los ayudan en su vida diaria. Con esta nueva medida, el Gobierno español quiere que los inmigrantes reciban una formación gratuita y que ayuden a que Ley de Dependencia sea una conquista real del Estado de bienestar. En la actualidad, en el 80% de los casos, el cuidado de las personas dependientes recae en las familias, en su mayoría, en las mujeres. Los últimos estudios denuncian que en torno al 60% de esas mujeres, que dedican su vida a cuidar a familiares enfermos, sufren algún trastorno psíquico y al 30% le han diagnosticado una depresión. La Ley de Dependencia española propone que estas mujeres reciban un sueldo por su trabajo, pero lo más importante es el reconocimiento de ese derecho al cuidado. De ese modo, la madre, hermana o hija no tendrá que dejar su carrera profesional ni su vida social a un lado para cuidar a la persona enferma. Las personas con una formación específica para la asistencia a los mayores se convertirán en un eslabón fundamental.

Desde el Ministerio de Asuntos Sociales español se calcula que se necesitarán más de 300.000 nuevos puestos de trabajo para ayudar a las personas dependientes y personal cualificado y formado de manera adecuada. Sin embargo, también advierte que faltan esas personas. De ahí, que España llame a la puerta de otros países y se facilite la llegada de personas extranjeras que puedan atender a los dependientes. Desde el Gobierno ya se han dado algunos pasos. Durante ese año, se han pedido trabajadores extranjeros para cubrir más de 1.200 plazas de auxiliares de enfermería geriátrica, cerca de 150 cuidadores profesionales y 70 asistentes domiciliarios para Madrid, Cataluña y Murcia.

El envejecimiento de la población es uno de los retos más importantes para las sociedades del futuro. Naciones Unidas prevé que para el año 2050 más del 20% de la población mundial tendrá más de 65 años. Esto conllevará más gasto público en sanidad y mayores inversiones en recursos dedicados a los mayores.

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