La demencia afecta al 2,4% de los ancianos de entre 65 y 69 años; al 4% de los que tienen entre 70 y 74; al 13,2% de los que tienen entre 80 y los 84, y al 33,6% de los que tienen 85 años o más. Bajo el término de "demencia", se incluyen otras múltiples patologías, siendo el Alzheimer la que más preocupa a la sociedad, según se pone de manifiesto en el libro "Demencia en el anciano".
Así, el Alzheimer está detrás de entre el 60 y el 80% de las demencias en los mayores. Le sigue como segunda causa más frecuente la patología cerebrovascular y la demencia vascular. No hay que confundir una demencia con un episodio de síndrome confusional agudo, presente en un elevado porcentaje de ancianos hospitalizados y que puede deberse a una infección, insuficiencia cardiaca, el efecto secundario de un fármaco o a una inmovilización prolongada, entre otros factores.
Este trastorno, igual que el deterioro cognitivo producido por una depresión, es reversible. Para preservar la lucidez de la mente se recomienda a la población general en primer lugar estar intelectualmente activo, -"tienen más riesgo de padecer una demencia las personas con menos estudios que las que tienen un nivel intelectual más alto", asegura López Arrieta.
Además, son factores protectores evitar todos los elementos que suponen riesgo cardiovascular -el tabaco, la obesidad, la diabetes, el colesterol o la hipertensión-. También es muy beneficiosa la dieta mediterránea. "La fruta, las verduras y una unidad de vino al día favorece el frenar el proceso oxidativo general y esto también influye en el cerebro", concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario