29 marzo 2010

Las empleadas del hogar reivindican sus derechos

Entre plumeros, tambores y mandiles de lunares, unas 200 trabajadoras domésticas se han concentrado a la una de la tarde en la madrileña plaza de Jacinto Benavente para reivindicar sus derechos laborales como parte del engranaje social y pedir la reforma del Régimen Especial del Empleo de Hogar.

"Estamos aquí unidas en el marco del Día Internacional de las Empleadas del Hogar, que se celebra el próximo 30 de marzo, para pedir la equiparación al Régimen General, pues no estamos amparadas en nuestro trabajo: no tenemos derecho a paro, cobramos salarios muy bajos y nuestros contratos son verbales”, ha explicado Graciela Gallego, portavoz de SEDOAC (Servicio Doméstico Activo).
"Esta manifestación tiene la finalidad de concienciar a la opinión pública de que el trabajo doméstico es muy importante, y por eso queremos hacernos visibles", ha añadido.

Bajo el lema 'Porque sin nosotras no se mueve el mundo', la manifestación ha transcurrido en un ambiente festivo y alegre, inundando el centro de Madrid de júbilo con pancartas, cánticos, palmas y danzas. Las mujeres, en su mayoría extranjeras, se cubrieron de pelucas y delantales reclamando la atención de los viandantes con un pasacalles que hacía suyas canciones infantiles tradicionales, como 'El patio de mi casa': "El trabajo que tengo es particular, cuidar de todo el mundo y te pagan fatal. Levántate, empleada del hogar, lucha por tus derechos y visibilidad".

Un proceso político de varios años

"Para ganar un sueldo digno tengo que trabajar en varias casas muchas horas al día y desempeñando todo tipo de tareas: desde planchar hasta cuidar a los niños. Me pagan seis euros la hora", ha asegurado Marlene, una de las manifestantes. "Iniciamos un proceso político de lucha hace ya tres años y el 23 de noviembre de 2008 salimos a la calle por primera vez. Ésta es la segunda y esperamos que sean muchas más, porque no vamos a parar hasta hacer valer nuestros derechos", apuntaba otra de las asistentes.

La marcha, que se prolongó durante dos horas, se extendió por la calle Carretas dejando escaparates y vehículos relucientes a su paso, para desembocar en la Puerta del Sol bajo la atenta mirada de turistas y curiosos. Antes de la lectura del manifiesto, hubo tiempo para representaciones teatrales y careos entre empleadas y empleadoras, que buscaban sacarle una sonrisa a los allí presentes a través de la ridiculización de los roles de las empleadas domésticas. Las manifestantes, cual auténticas actrices, cosecharon grandes aplausos.

Además, las convocantes realizaron una improvisada 'pasarela Cibeles', por la cual desfilaron numerosos modelos de empleadas del hogar: la accidentada, la rockera, la 'sin papeles' cualificada... Eso sí, dejaron claro que no estaban todas: "Seríamos más si hubieran podido venir todas las internas", decía una portavoz de SEDOAC micrófono en mano. "¡Se acabó la esclavitud! La Ley de Extranjería para la Reina Sofía", coreaban todas al unísono.

"Me parece muy bien que las empleadas del hogar pidan un salario digno y tener Seguridad Social. El problema es que no van a tener ninguna repercusión", comentaba un señor que salía de la iglesia con su ramillete de olivo.

Tras los agradecimientos a las allí presentes, Graciela Gallego procedía a la lectura de las demandas del colectivo: 

Exigimos la derogación del Real Decreto 1424/85 que impone un Régimen Especial para el Empleo del Hogar y la modificación del artículo dos del Estatuto de los Trabajadores. Queremos resaltar que nuestro trabajo repercute en el bienestar de toda la sociedad. No estamos dispuestas a aceptar modificaciones que estén por debajo del resto de trabajadores".

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