23 febrero 2006

Enfermedad del Alzheimer - El ejercicio

Incorporar el ejercicio dentro de la rutina diaria proporciona beneficios tanto a la persona que padece de la enfermedad de Alzheimer como para quien la atiende. No sólamente puede mejorar la salud, sino que también puede convertirse en una actividad importante que ustedes dos pueden compartir.

  • Piense en la clase de actividad física que ustedes dos disfrutan como caminar, nadar, jugar tenis, bailar o trabajar en el jardín. Determine la hora del día y el lugar dónde podrían practicar mejor ese tipo de actividad.
  • Sea realista con sus expectativas. Comience despacio, quizás simplemente empiece por ejemplo con un paseo corto alrededor del patio, antes de dar una vuelta alrededor de la cuadra.
  • Esté pendiente de cualquier señal de molestia o de esfuerzo excesivo. Hable con el médico de la persona que usted cuida si esto sucede.
  • Permítale a la persona tener independencia tanto como le sea posible, aún cuando los resultados de sus actividades no sean perfectos.
  • Busque los programas de ejercicio disponibles en su área. Los centros para personas mayores regularmente tienen programas de grupo para aquellos a quienes les gusta hacer ejercicio en grupo. Los centros comerciales de su vecindad tienen a menudo clubes para quienes quieren caminar y proporcionan un lugar para hacer ejercicio cuando hace mal tiempo.
  • Anime a la persona a realizar actividades físicas. Pase tiempo afuera cuando el clima lo permita. El ejercicio generalmente ayuda a todo el mundo a dormir mejor.

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