06 marzo 2006

Alivio del estrés y prevención del enojo

El estrés es un elemento de nuestra vida diaria: la lucha con su hijo de cuatro años para que coma a la hora del desayuno, el sobrecalentamiento de su auto en medio del tráfico, el retraso en recoger a su hijo del centro de cuidado de niños, las confrontaciones con otros miembros de la familia respecto a las tareas y las responsabilidades en el hogar.

A veces la acumulación de estrés puede hacer que uno pierda los estribos. Y con demasiada frecuencia son los niños los que reciben las consecuencias de los arrebatos de ira. Para algunas familias, se trata de un incidente aislado después del cual todos recuperan su compostura y continúan con sus actividades diarias. Para otras, las explosiones de ira se hacen cada vez más frecuentes, pudiendo crear comportamientos problemáticos en los niños.

Una vez que se ha encolerizado con su hijo, fácilmente puede volverlo a hacer. Cuanto más aprenda sobre el estrés y las diferentes formas de manejar su enojo, tanto más preparado estará para reaccionar de una manera más constructiva.

La rutina diaria

En muchas familias, hasta los ritos y las rutinas diarias crean grandes tensiones. Con frecuencia las áreas de conflicto se centran alrededor de los quehaceres domésticos, las tareas escolares, las comidas, las relaciones entre hermanos, y la hora de acostarse. Un buen punto de partida consiste en decidir cuáles comportamientos resultan más difíciles para usted y luego hacer una lista de reglas, con consecuencias apropiadas, para abordar esos comportamientos. Asegúrese de establecer reglas claras y aplicarlas de manera uniforme.

kidResulta útil redefinir aquellas cosas que sean más importantes para usted y luego priorizarlas. Por ejemplo, si para usted lo más importante es salir de la casa puntualmente por las mañanas, entonces quizás no siempre sea posible arreglar las camas. La planificación anticipada es sumamente útil y con frecuencia le puede ayudar a transformar las tareas rutinarias en tiempo más productivo. Por ejemplo, el elegir con su hijo desde la noche anterior la ropa que se va a poner el día siguiente puede permitir que se rían juntos sobre ropa que no hace juego en lugar de crear un desacuerdo seguro por la mañana.

Uno tiene mayores probabilidades de perder la paciencia cuando está cansado o está sobrecargado de trabajo. Procure estar consciente de sus limitaciones y reconocer cuando empieza a sentirse abrumado. Antes de salir para su casa, tome un descanso, salga a caminar, o haga planes para un placentero evento a realizarse en el futuro. Hable con sus amigos, con su familia y con el responsable del cuidado de su hijo para informarles cómo se siente. Ellos posiblemente le ayuden a comprender sus sentimientos y apartar tiempo para atender sus propias necesidades.

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