19 abril 2006

¿Residencias Grandes o Pequeñas?

Actualmente hay en España hay unas 5.000 residencias y unas 250.000 plazas. Haciendo una fácil división vemos que el tamaño medio de las residencias es de 50 camas. La cifra, sin embargo, es engañosa.

Aproximadamente la mitad de las residencias que funcionan actualmente en España tienen menos de 50 camas y pocas (muchas de ellas públicas o de religiosas) tienen más de 100.

Como cada vez las administración exigen más requisitos referentes al personal y a los espacios que debe tener una residencia y cada vez hay más grandes empresas invirtiendo en la construcción de residencias, la tendencia se dirige a que cada vez los centros sean más grandes (casi no se construyen residencias nuevas de menos de 100 plazas y algunas llegan a las 180 y 200).

Esta es la realidad, pero ¿dónde encontraremos el mejor servicio? ¿Dónde preferiría usted vivir si ya no pudiese vivir en su casa?

En principio la respuesta parece fácil: lo mejor es vivir en una residencia pequeña que ofrezca un trato más personal y familiar. Si lo miramos con más detalle la respuesta es algo más complicada.

Si vivimos en una población pequeña con poca oferta, ni siquiera nos podremos llegar a plantear el dilema ya que tendremos que acudir a lo único que haya. En cambio, en una ciudad más grande tendremos más opciones.

Sabemos que, normalmente en una residencia pequeña tendremos acceso directo al dueño del centro, conoceremos a todos los empleados, residentes y familiares de forma que podremos conseguir un entorno familiar. Además es posible que encontremos una residencia pequeña cerca de casa lo que nos permitirá ir a visitar al mayor más a menudo.

A cambio de estos aspectos positivos, las residencias pequeñas suelen estar situadas en pisos o casas en las que se han podido hacer pocas obrar de rehabilitación por lo que tienen limitaciones arquitectónicas. Es además muy posible que nos encontremos con que todos los dormitorios son dobles o incluso triples y con que no hay espacios especializados para atención (gimnasio, sala de actividades, consulta del médico o enfermería). El equipo de profesionales suele ser más limitado en residencias pequeñas y, por último pueden tener problemas para tratar de forma específica y diferenciada a residentes que tengan demencia.

Las residencias de mayor tamaño, especialmente si son de reciente construcción, tienen espacios muy amplios (30m2 o más por persona), con salas de actividades, gimnasio, consultas, de televisión..), un amplio equipo de profesionales con muchas horas de presencia y la posibilidad de tener unidades diferenciadas para personas con demencia.

Como desventaja, muchas personas encuentran que vivir en una residencia grande puede suponer un trato no tan personal con más rotación de empleados y más frío. Además, en ocasiones se encuentran más alejadas del domicilio de los familiares porque cuesta encontrar terrenos en el centro de las ciudades para construir grandes residencias.

Es cierto que las residencias de mayor tamaño luchan por deshacer esta imagen y, una de las vías que han encontrado es el "diseño modular", esto es, grandes residencias (de 180 plazas, por ejemplo) que funcionan como si fuesen un grupo de pequeñas residencias de 30 plazas. Los mayores viven en una unidad con su comedor, su sala de estar y su personal de atención diferenciado y cuando lo necesitan, utilizan servicios comunes (médicos, fisioterapia, animación..) Pretenden así conseguir las ventajas de las pequeñas y los servicios de las grandes.

Viendo la situación, aunque a menudo se nos pregunte cuáles son mejores, no somos capaces de dar una respuesta que sirva para todo el mundo. La respuesta está dentro de cada uno así que ya sabe "busque, compare..." y sobre todo, déjese recomendar por alguien de confianza que haya pasado por su misma circunstancia.

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