18 agosto 2006

La clave de una espalda sana


Las actividades sedentarias de nuestra vida cotidiana y la falta de ejercicio físico nos llevan gradualmente a adoptar una postura incorrecta, que puede hacerse crónica.

Esta postura afecta a: La belleza física, a la capacidad respiratoria y al funcionamiento del intestino; además de producir dolor de espalda, cuello y mandíbulas.

En general se tiende a pensar que una postura erguida implica rigidez: esto es totalmente falso. Es la postura de “cabeza adelantada” la que limita tu capacidad de moverte.

Si adquieres una postura erguida, ganarás amplitud de movimientos.

¿Es correcta tu postura habitual?

Las actividades sedentarias de nuestra vida cotidiana y la falta de ejercicio físico nos llevan gradualmente a adoptar una postura incorrecta, que puede hacerse crónica.

Te proponemos dos pruebas para saber si tu postura habitual es correcta.

Prueba 1.

  • Ponte de pie, de espaldas contra una pared pero sin apoyarte en ella
  • Coloca los talones a unos 15 cm. del zócalo
  • Empuja la parte baja de la espalda contra la pared
  • Palpando con los dedos, comprueba la distancia que queda entre:

o Tu cabeza y la pared

o Tu cuello y la pared

Sólo si en ambos casos la distancia es menor de 5 cm. Mantienes una postura correcta.

Prueba 2.

  • Colócate de la misma manera, con los talones a unos 15 cm. del zócalo, pero esta vez con la cabeza tocando la pared
  • Con las nalgas en contacto con la pared, calcula la distancia entre:

o La parte baja de tu espalda y la pared

o Tu cuello y la pared

Si tu postura es correcta el resultado de tu medición será:

  • Distancia entre la parte baja de tu espalda y la pared: entre 2 y 5 cm.
  • Distancia entre tu cuello y la pared: unos 5 cm.

Si tus pruebas han dado buen resultado... Enhorabuena. Aplícate las claves para recuperar una postura erguida: serán un importante seguro para mantener tu salud de espalda con el paso de los años.

Articulo de la Revista Consumer.

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