18 enero 2007

Los mayores, víctimas ocultas del maltrato

Al menos cinco de cada seis ancianos no denuncian por miedo a ir a una residencia - El 55 por ciento de los abusos que sufren los cometen sus hijos - Mujer mayor de 75 años, físicamente impedida, con deterioro psicofísico y funcional, perfil del agredido.

Padecen deshidratación, malnutrición, falta de higiene y de cuidados físicos debido a negligencias, así como abusos sexuales y físicos tales como puñetazos, golpes o quemaduras. Por no hablar del abuso económico al que están sometidos la mayor parte de ellos. Ese es el drama en el que vive el 40 por ciento de los mayores de 65 años en España. Y eso que sólo se trata de estimaciones, porque no existen datos oficiales acerca de los casos de maltrato a personas mayores. Y es que, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad, el 90 por ciento de los casos de maltrato a ancianos no se denuncia y los expertos coinciden en que la cifra global es alta y en que va a ser creciente. De este modo, al menos cinco de cada seis casos no serán nunca reconocidos ni denunciados, según recoge un informe elaborado por Obra Social Caja Madrid y UDP (Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados). «No se denuncian porque la mayoría depende de su agresor, es decir, si un anciano necesita a su hijo para ir al banco o al médico, ¿cómo va a dirigirse a una comisaría para denunciar que su hijo le maltrata? El otro motivo es el miedo que tienen a que les lleven a una residencia», explica Antonio López, sociólogo y profesor de la UNED. Entre los datos que se manejan hay uno inquietante: en cinco años, de 1995 a 2001, los casos de violencia a mayores crecieron un 472 por ciento. Además, el 72 por ciento de las víctimas conviven con su agresor que, en tres de cada diez casos, es su cónyuge. «Se trata de estimaciones de un fenómeno todavía subterráneo, del que ni siquiera asoma la punta del iceberg», afirma Yolanda Besteiro, coordinadora de UDP. Mujer y mayor de 75 años En el texto se tiene en cuenta la vulnerabilidad que por su situación y características tiene este colectivo social para sufrir esta situación. Por este motivo, estas instituciones denuncian los abusos sufridos por las personas mayores y el hecho de que sea una de las formas de violencia y discriminación más encubiertas por la sociedad, y que es practicada, principalmente, por familiares e instituciones. Y es que el maltrato a los ancianos es tan real como el que se ejerce contra los menores o contra las mujeres. Entre un 4 y 5 por ciento de las personas mayores de 65 años sufre malos tratos en el mundo, de acuerdo con los cálculos orientativos del Centro Reina Sofía. Así, uno de cada 20 ancianos es víctima de abuso en todo el mundo.

El perfil de la víctima del maltrato suele ser una mujer mayor de 75 años, físicamente impedida, con deterioro psicofísico y funcional, con enfermedad mental y trastornos de conducta. Se trata de mujeres dependientes de sus maltratadores, con los que conviven. Porcentualmente son los hijos e hijas, yernos y nueras los que más ejercen la violencia contra los mayores. Los hijos e hijas tanto biológicos como políticos se sitúan en cabeza con un 55 por ciento. Les siguen los cónyuges (12 por ciento), los hermanos y hermanas (7 por ciento). En el otro 25 por ciento de los casos, el agresor es otra persona. En cuanto al sexo del agresor para todos los tipos de maltrato es mayoritariamente el masculino (53 por ciento), con excepción de la negligencia, en donde es mayor el número de mujeres. La razón es que el varón no se siente responsable ni valora el cuidado de los mayores y, por tanto, esto le provoca mayor estrés. Las mujeres, en cambio, al soportar mayoritariamente las situaciones de cuidado, pueden desarrollar conductas abusivas en el propio ámbito del cuidado, es decir, en la prestación defectuosa del mismo, pero en muchos de estos casos se trata de un maltrato sin intención. De este modo, el cuidador maltratador revestirá con frecuencia alguna o algunas de las siguientes características: dedicación a la persona mayor por tiempo superior a 10 años y unas 12 horas de cuidado diario; problemas de abusos de drogas, alcohol, medicamentos; cuidadores que dependen de la víctima ya sea de forma económica o afectiva o cuidadores con algún tipo de enfermedad mental o depresión, entre otras. El estrés, principal motivo «Suelen ser personas que sienten que no son capaces de hacerse responsables del anciano, ya sea por una enfermedad mental como ocurrió el domingo en Madrid cuando murió una mujer a manos de su hija. Éste es uno de los motivos, pero el principal motivo es el nivel de estrés del cuidador», asegura Besteiro. Sin embargo, los expertos aseguran que «no siempre podemos criminalizar al maltratador», porque se trata de personas que dedican la mayor parte de su tiempo libre al cuidado de una persona que depende totalmente de ella y que en muchos casos se trata de ancianos hasta agresivos. La catedrática de Sociología de la Ancianidad en la Universidad del País Vasco, María Teresa Bazo, presentó el único estudio realizado en España sobre el maltrato a ancianos. En total, Bazo estudió 2.351 casos, de los que se detectaron 111 situaciones de abuso. La mayoría eran negligencias y situaciones de abandono, aunque en ocho casos se detectaron episodios de violencia físic a y en uno sexual. En términos generales, en el 68 por ciento se observó negligencia en el cuidado físico; en el 46 por ciento, en el cuidado afectivo y en el 10 por ciento, violencia física. El maltrato psicológico se registró en el 32 por ciento de los casos y el abuso financiero en el 17 por ciento. Otra de las conclusiones fue que entre las mujeres es más frecuente el maltrato emocional y abuso material, mientras que en hombres abunda más la negligencia. Los expertos aseguran que la detección y denuncia de los casos es fundamental. «Los médicos se encuentran en una situación privilegiada para detectar los casos. También es importante el papel de los vecinos y amigos, pero en la mayoría de los casos son los trabajadores sociales los que alertan de las situaciones de riesgo», asegura Besteiro. En este sentido, las instituciones que han elaborado el informe reclaman la implicación de toda la sociedad, así como la de los organismos públicos y sanitarios. Aconsejan que se informe mejor a la ciudadanía y se forme de manera más exhaustiva a los profesionales, ya que éste es el arma más eficaz para luchar contra esta lacra. Y es que «la prevención, detección y erradicación del maltrato a los mayores es un problema vinculado al respeto de los derechos humanos y a la salud que nos concierne a todos, independientemente de la edad», explica Antonio López.

Fuente: La Razon

No hay comentarios: