17 febrero 2009

El sector de la tercera edad necesita una mayor formación especializada

Uno de los principales retos a los que todo gestor, independientemente del área a la que se dedique, tiene que hacer frente es el de formar un equipo profesional capaz de asumir, involucrarse y desarrollar la cultura empresarial que se tiene como seña de identidad. Cuando hablamos de personal sanitario el reto es, si cabe, aún mayor en tanto que en sus manos está la mejora y el intento de conseguir una mejor calidad de vida de las personas. Las residencias y centros de día son un claro ejemplo de ello.

Actualmente estamos inmersos en una etapa en la que existen muchos titulados, pero pocos especialistas, es decir, muchos profesionales de materias más generales, que no tienen unos conocimientos exhaustivos de las determinadas áreas que conforman todo el entramado sanitario.

Un ejemplo concreto puede ser los auxiliares de enfermería en la Comunidad de Madrid, desde mi la experiencia profesional se observa que aunque existe un gran número de auxiliares de enfermería, la proporción de especialización en diversas materias es prácticamente inexistente.

Esto dista del sistema formativo de EE.UU donde inicialmente se forman sobre un conocimiento más global y posteriormente se especializan en el área concreta en la que desean desarrollar su carrera profesional, este es el caso de la titulación de Terapia Ocupacional, que en España no se acoge a ninguna especialización posterior y en EE.UU sí.

Existe, así mismo, una responsabilidad empresarial en la formación concreta y especializada de sus trabajadores. Si bien sigue existiendo una vocación explícita en determinadas áreas, la vocación sin formación no lleva a nada, por lo que se hace necesario que exista una implicación bilateral de empresario-profesional sanitario a partes iguales.

Por otro lado, en el sector de la Tercera Edad, a pesar de las importantes salidas desde el punto de vista laboral, ya es un hecho el crecimiento acelerado de la población, no es un sector que atraiga a los nuevos titulados, y quizás sea por una falta de información y formación al respecto.

Otros campos sanitarios, sin embargo, aglutinan a un mayor número de profesionales frente a la Geriatría. Si hacemos una discriminación positiva vemos que es necesario una gran dosis de vocación para ésta, pero también necesita un mayor respaldo informativo para suscitar dicha preferencia. Por lo tanto, el problema no radica de la falta de profesionales sanitarios cualificados, si no de la especialización de éstos en áreas concretas.

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