25 junio 2009

Peligra la ayuda a domicilio a 800 mayores

Parla y Pinto dejan de pagar a dos empresas que atienden a personas dependientes

Es el círculo vicioso de la crisis. En un lado, una administración que paga tarde a las empresas con las que trabaja. En el otro, estas mismas empresas que dejan de pagar a sus empleados. Y en medio, los trabajadores. "Es lo de siempre. El último eslabón de la cadena, el trabajador, es siempre el más frágil, y más en una época de crisis", explica la responsable de Ayuda Domiciliaria de CC OO, Esther Gumiel.

      Alrededor de 140 trabajadoras de Pinto y Parla ya están sufriendo los rigores de ese círculo vicioso. Son las empleadas de las contratas que desarrollan el servicio de atención domiciliaria, del que se benefician alrededor de 800 mayores y dependientes en estos dos municipios del sur de Madrid. Aún no han cobrado el sueldo de mayo. Temen que no cobrarán el de junio. "Y de la paga extra ni hablemos", explican. Las empresas reconocen que no pueden pagar debido a que los ayuntamientos les deben mucho dinero.

      El móvil le echa humo a Rosario Mateos. No para de recibir llamadas de sus compañeras. Trabaja desde hace años para la empresa Aser, que se encarga de la prestación domiciliaria en Parla. "No es nuevo. Llevamos varios meses así, cobrando tarde", señala. La empresa alega que su situación económica es muy delicada debido a que el consistorio paga con mucho retraso. "Antes, cuando los bancos aún iban adelantando dinero a las empresas, no lo notábamos, pero ahora el problema nos ha repercutido en primera persona", apunta su compañera Victoria Tejeda.El resultado de los impagos a las empresas ha afectado a otras dos compañeras a las que les han embargado el piso. Otras empiezan a tener problemas para ir a la compra o pagar las facturas.

      El concejal de Hacienda de Parla, Mariano Sánchez, del PSOE, reconoce que deben a la empresa "cinco o seis mensualidades de unos 150.000 euros cada una". "Nos hemos comprometido a incluirla en un plan de pagos que estará aprobado en agosto", añade. En el Ayuntamiento recuerdan que la empresa dejará de prestar el servicio el 30 de junio e insinúan que ése podría ser uno de los motivos por los cuales no han pagado aún a sus empleadas.

      Las trabajadoras, mientras tanto, están asustadas. "Nos tememos que al final tendremos que ir a los tribunales", se quejan. Y ahí está otro de los problemas: "Mucha gente no tiene dinero para pagar un abogado", dicen. Sus sueldos no alcanzan los 700 euros.

      Una portavoz de la empresa recordó que el servicio "se ha prestado siempre" pese a los retrasos en el pago. "Es una deuda complicada de mantener, que nos ha obligado a llegar a un acuerdo para dejar el servicio", concluyó la portavoz.

      El caso de Pinto es similar. Las 70 empleadas de Concierto de Bienestar, otra empresa dedicada al sector, siguen sin cobrar su nómina de mayo. Algunas trabajadoras acumulan retrasos de hasta tres meses. Tampoco sus sueldos sobrepasan los 700 euros al mes.

      Como en el caso de Parla, la empresa, que lleva trabajando en Pinto desde el mes de junio del pasado año, dirige la mirada al Ayuntamiento de Pinto a la hora de hablar de responsabilidades. A 80.000 euros al mes, la deuda asciende a 400.000 euros. El gobierno local, del PSOE, no lo niega, pero deja claro que los retrasos se deben a "defectos en las facturas, que han provocado que se tarde más en pagar".

      Mañana, las empleadas de Parla se concentrarán una hora frente al Consistorio. Lo mismo han pensado sus compañeras de Pinto. Todas se temen lo peor: que la solución tenga que darla un juez.

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