23 enero 2007

Arteterapia para combatir el Alzheimer

El arte en sus diversas facetas ha sido considerado importante por la comunidad médica por su utilidad en las terapias para pacientes con Alzheimer.

Dicha enfermedad que afecta a más de 24 millones de personas en el mundo, deteriora zonas del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje. Su causa es todavía desconocida y no se cura; sin embargo, se ha descubierto que de manera paralela a los tratamientos médicos, el trabajo artístico ayuda mucho.
El Alzheimer es la cuarta causa de muerte entre la población adulta y se estima que uno de cada tres de nosotros tenemos un familiar o amistad cercana con este padecimiento.

Dentro de este triste panorama, una buena noticia es que se ha comprobado que sesiones artísticas semanales contribuyen a la concentración durante 30 y 45 minutos y el hecho de realizar un trabajo artístico genera gran satisfacción a los pacientes con Alzheimer.
Según los especialistas, el arte -en específico la pintura-, es una actividad que fomenta la imaginación. Incluso se ha comprobado que mientras la memoria se desvanece, la imaginación tiene la capacidad de fortalecerse.

El estado anímico, el estrés y la agresividad tienen un impacto importante en la salud física y en la evolución de los enfermos. El pintar les proporciona una especie de canal de comunicación con el exterior.

Para los pacientes, la terapia con arte es una oportunidad para expresarse después de que han perdido algunas de sus habilidades normales de comunicación. Para los enfermos con problemas de movimiento, los terapistas en arte los guían con su mano encaminando el esfuerzo con la identificación de objetos o recordándoles palabras que manifiesten sus sentimientos.

El crecimiento de la arteterapia responde a la tendencia mundial reciente de dar más relevancia a los aspectos emocionales de la enfermedad.

Sobre el tratamiento médico: aunque no hay cura definitiva para el Alzheimer, medicamentos como la memantina de merz, pueden frenar su desarrollo en diversas etapas, obteniendo una mejor calidad de vida para el paciente, su familia y quien está a cargo del cuidado del enfermo. A la vez reduce significativamente los costos de la enfermedad.

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